Al final siempre ganan los monstruos, presentación en Madrid de la primera novela de Juarma

11:46 p. m. Conx Moya 0 Comments


Es un genio. Juarma (Deifontes, Granada. 1981) es conocido como uno de los mejores dibujantes de su generación, poseedor de un personalísimo estilo. Curtido en fanzines y autoedición, acumula decenas de tebeos, viñetas, ilustraciones sobre música y en la actualidad vuelve a colaborar en la revista El Jueves. Además de esta frenética actividad en el dibujo, Juarma se ha destapado en los últimos tiempos como escritor, una faceta que se toma realmente en serio y en la que quiere avanzar. Así, hace un tiempo publicó una pequeña tirada, que literalmente voló, de sus “Poemas escritos a navajazos”, en la que recogía casi toda su producción poética escrita hace más de veinte años. Y como culminación el pasado mes de abril Camping Motel Ediciones publicaba su primera novela, “Al final siempre ganan los monstruos”, con una tirada mayor que prácticamente se ha agotado en un mes. En ambos libros ha contado para la portada con la ilustradora granadina Ana Müshell, de quien el autor dice que espera que le ilustre toda su obra literaria.
Dos años después de conocerle en su anterior visita a la librería Molar, volvemos a encontrarnos con el artista que recibe más “Piropos y Puñaladas” en las redes. Tarda un poco en aparecer, nos cuentan que está firmando algunos libros en el piso de arriba. Se nota que el público que llenamos la sala estamos expectantes por la entrada del autor, y parece sentirse una descarga eléctrica cuando por fin entra y se sienta. Juarma aparece con el pelo rapado a los lados, camiseta estampada (no le gusta llevar las de sus dibujos), y sonrisa entre tímida y traviesa.
Flanqueado por el editor Enrique J. Rodríguez y el periodista Iván Romero, ambos granadinos, espera con calma a que le presenten. Enrique, editor de Camping Motel, destaca que con esta novela Juarma se abre a un nuevo público. “Aprecio al público  que tengo y me alegra, pero me gustaría llegar a más gente”, explica el artista. “Estoy un poco quemado con el dibujo y me ha servido para despejarme. Escribir me resulta más fácil que dibujar”, reconoce.
El periodista Iván Romero explica que descubrió a este “tipo entrañable” hace siete años, cuando estaba metido en el mundo del fanzine. Admite que al principio “tal vez es complicado acceder al universo Juarma”, un artista con una serie de claves estilísticas y temáticas muy reconocibles. Viene de Deifontes, un pueblo en los Montes Orientales de Granada, rodeado de olivos, aislado y donde sólo apenas hay media docena de autobuses al día a la capital. “Es importante tener todo esto en cuenta, porque explica muchas cosas de su universo creativo”, aprecia Iván.
Juarma reconoce la influencia del escritor estadounidense Donald Ray Pollock. No he leído a este autor, pero la descripción que se hace de la literatura de este empleado de un matadero y de una fábrica de papel que sitúa sus relatos en su pueblo, un lugar lleno de violencia en el sur profundo de Estados Unidos, me lleva a encontrar similitudes con ese Villa de la Fuente, situado en el sur del sur de Europa, que es donde transcurre “Al final siempre ganan los monstruos”. Si a Pollok se le califica de “audaz y divertido”, lo mismo podemos decir de esta novela en la que Juarma cuenta situaciones muy duras y tremendas pero siempre desde un punto de vista muy particular, marca de la casa. Como indica Iván, “se trata de una novela dura pero salpicada con el humor de Juarma, que actúa como un ácido que ayuda a digerir la historia”. Él está de acuerdo con que el humor sirve para “digerir la dureza de la vida”. Efectivamente la novela mantiene de alguna manera el estilo Juarma. Los lectores que conozcan la particular visión del autor y quienes de alguna manera reconozcan lo que se cuenta, serán quienes mejor la valoren y entiendan.
La forma de construir esta novela, que comenzó siendo una serie de relatos cortos, también ha sido curiosa. Juarma abrió un grupo de Facebook para la novela al que se unieron una serie de personas para acompañarle. “Me animaban los comentarios del grupo. No había guion y la historia iba saliendo, resultó divertido. Ha sido una experiencia chula”. Según explica, la narración en ocasiones se iba desarrollando a partir de comentarios del grupo, de manera un tanto improvisada. “Lo que ha costado más ha sido enlazar las diferentes historias”. Desde el inicio la gente se enganchó a la propuesta. Se siente complacido por la acogida que está recibiendo la novela. “Los comentarios de los lectores coinciden con que es adictiva, que una vez que se empieza resulta difícil parar”. Yo, que la acabo de terminar, me sumo a esta opinión.
Juarma no parece estar muy conforme con las referencias que le hacemos. No acepta definir su novela ni como la “Fariña del sur” que apunta Iván, ni como una suerte de “Trainspotting granadino”, como señalo yo. Juarma es un escritor que se muestra seguro de su nueva criatura. Si resulta auténtico e inclasificable en todo lo referido a sus dibujos, también es consciente de que lo es a la hora de escribir. Pero con su obra no se anda con bromas. Hace bien.
En “Al final siempre ganan los monstruos” la cocaína marca la vida de los protagonistas. Explica que en un principio el libro se centraba en la marihuana, el consumo y la plantación en los pueblos, pero luego la historia tomó otro rumbo. La motivación del autor no parece ser exactamente reflejar la vida de personajes con problemas de drogadicción. “En realidad quiero mostrar cómo se busca la vida la gente en los pueblos ante la falta de oportunidades y la obligación de arreglárselas solos”, aclara. En opinión de Iván el libro supone “una fotografía muy interesante sobre cómo es la vida en ciertas zonas de Andalucía”, y por extensión yo creo que en casi toda la olvidada España rural. Con un alto índice de fracaso escolar, sin salidas laborales, parte de la juventud no encuentra más forma de tirar para adelante que trapichear con la droga. “No es una lección moral, pero sí una forma de mostrar los monstruos que produce la droga”, reflexiona Iván.
El talentoso Juarma genera tal entusiasmo que la editorial Camping Motel se ha creado para editar esta novela, un libro “editado sin ningún tipo de apoyo”, como explica Enrique Rodríguez. Para un escritor que no se mueve en los círculos literarios hay múltiples quebraderos de cabeza a la hora de publicar. “Nosotros le convencimos de que sacara la novela porque pensamos que era necesario”. Enrique encuentra similitudes en el estilo de Juarma con Chirbes, un escritor muy valorado por la crítica. “Juarma puede sin duda dar el salto a otras editoriales.  La cultura no es sólo la que aparece en el primer puesto del escalafón”.
Lucidez y verdades como puños. “Me gustaría seguir dibujando y escribiendo”, nos dice Juarma. Parece que nuestro artista ya tiene una nueva novela en proceso. Y que no dude que muchos estamos deseando leerla.
Su cercanía y la calidez con la que consiguió que sintiéramos que nos conocíamos de toda la vida, la dejamos para nuestra historia personal. Siempre gracias, Juarma.





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