'Control', de Anton Corbijn. Desorden y aislamiento de Ian Curtis

8:55 a. m. Conx Moya 0 Comments


Un joven anda por una calle residencial de Manchester, su ciudad, vestido con un chaquetón negro con el cuello subido, camisa blanca y corbata también negra. La cámara le sigue de frente. Pensativo, se detiene y enciende un cigarro mientras suena, machacona, una guitarra; la cámara se sitúa detrás de él y vemos algo que dinamita su formal atuendo, la palabra HATE escrita en mayúsculas y en blanco a su espalda. Es Ian Curtis en una impactante escena de la película del holandés Anton Corbijn, fotógrafo y director de videos musicales, que se lanzó a la gran pantalla con esa película sobre el líder de la banda post punk Joy Divison. Se trata de ‘Control’, título que rememora uno de los grandes éxitos de la banda.
La película recrea la vida de Curtis desde los inicios de la joven banda, sus primeros pasos en Manchester, su encuentro con Rob Gretton, que se convertiría en su manager y su relación decisiva con Tony Wilson, empresario, presentador de programas musicales y fundador del sello musical Factory, donde ficharía el grupo de Ian Curtis, Bernard Sumner, Peter Hook y Stephen Morris, quien por cierto no fue el primer batería de la banda. La leyenda dice que Wilson firmó con su sangre el contrato con Joy Division.
Rodada con una magnífica fotografía en blanco y negro y con una lograda ambientación de la época, la película está llena de presencias musicales: los Bowie y Reed a los que idolatraba Curtis en su adolescencia, los Sex Pistols y The Clash que triunfaban cuando Joy Division daban sus primeros pasos, o sus contemporáneos Buzzcocks (“el nombre no estaría mal si quitaran “cocks”). Y como curiosidad, la aparición de John Cooper Clarke, “el poeta punk”, que participó en giras de bandas como los mencionados Sex Pistols y Buzzcocks, además de Joe Strummer & The Mescaleros, The Fall o Siouxsie and the Banshees. En ‘Control aparece instantes antes de una actuación de Joy Division, interpretando su poema ‘Evidently Chickentown’, “the bloody pubs are bloody dull /the bloody clubs are bloody full /of bloody girls and bloody guys /with bloody murder in their eyes /a bloody bloke is bloody stabbed /waiting for a bloody cab /you bloody stay at bloody home /the bloody neighbors bloody moan /keep the bloody racket down /this is bloody chicken town”.
Aunque le falten los inquietantes ojos azul hielo de Curtis, ‘Control’ está protagonizada con solvencia por el actor y músico Sam Riley, líder de la efímera banda 10,000 Things. Una de las bazas de la película son los directos y grabaciones de la banda que aparecen en la cinta, que están interpretados por los propios actores, consiguiendo transmitir toda la electricidad de Joy Division, el punzante bajo de Hook, la potente batería de Morris, los poderosos riffs de guitarra de Sumner y la desesperación y angustia de un Curtis aquejado por graves problemas. Enfermedad, depresión, una situación familiar asfixiante, un matrimonio y paternidad que llegaron demasiado pronto, cuando estaba empezando a despuntar el grupo y como remate su relación con una joven belga seguidora de toda aquella efervescente escena musical.
Basada en el libro ‘Touching from a Distance’, las memorias de Deborah, viuda de Curtis, la película intenta mantener el equilibrio entre la parte musical, resuelta con brillantez, y la oscuridad y la angustia que atenazaban la vida personal del sombrío cantante. En la historia ocupa un lugar destacado la relación con Annik Honoré, secretaria de la Embajada de Bélgica, promotora de conciertos y realizadora de un fanzine, quien conoció al cantante cuando le entrevistó para su revista. Sofisticada, moderna, libre de ataduras, amante de la música, se rindió ante aquel joven talentoso y problemático. El drama estaba servido. Annik, fallecida en 2014 y según se cuenta inspiradora de ‘Love Will Tear Us Apart’, consiguió mantenerse en la sombra hasta que la película de Corbijn la puso de nuevo en el punto de mira. Concedió alguna entrevista para explicar aquella relación, tal vez inconsciente teniendo en cuenta la situación del cantante, y que ella calificó de platónica. “Fue una relación completamente pura y platónica, muy infantil, muy casta... Yo no tuve una relación sexual con Ian, que estaba medicado. Fue una relación no-física”. Como curiosidad Sam Riley y Alexandra Maria Lara, la actriz que interpretaba en la película a Annik Honoré, son pareja y viven actualmente en Berlín.
La falta de decisión del cantante ante su complicada situación personal, la intensidad de sus actuaciones, su descontrolada forma de vida y su confusión mental desembocaron en suicidio en su casa, días antes de iniciar una gira por Estados Unidos, “No llegues tarde”, le advertían por teléfono en la película. Era mayo de 1980, tan solo tenía 23 años y una breve carrera de dos discos, ‘Unknown Pleasures’ de mítica portada y el sombrío ‘Closer’, lanzado dos meses después de su muerte.
Tras la desaparición de Curtis sus compañeros fundarían New Order, pero esa ya es otra historia.
El 26 de mayo se proyecta ‘Control’ en los cines Renoir Plaza de España, dentro de la programación del Mad Cool Festival, el macrofestival con The Who y Neil Young como cabezas de cartel. Al ciclo sólo pueden acudir quienes tengan abono para los tres días. Como nosotros sólo estaremos el 16 de junio viendo a The Who, no tendremos el gusto de poder ver en los Renoir las pelis que componen tan excluyente ciclo.

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