¿Por qué no me llama, Señorita O’Dell? o la canción más juguetona de George Harrison

9:44 a. m. Conx Moya 0 Comments



La discografía de George guarda algunas canciones traviesas compuestas por el “Quiet Beatle” cuando su lado más gamberro superaba al George activista, reconcentrado y espiritual. “Miss O’Dell”, un tema lleno de risas y seducción, es una de ellas. 
George Harrison la compuso en Los Ángeles en abril de 1971 mientras esperaba la visita de su amiga Chris O’Dell a la casa donde el Beatle se encontraba viviendo en California. Más tarde la grabó en Inglaterra, entre octubre de 1972 y febrero de 1973, durante las sesiones del álbum “Living in the Material World. 
En un principio se lanzó como cara B de su exitoso single de 1973 “Give Me Love (Give Me Peace on Earth)”. Al igual que la canción de Leon Russell “Pisces Apple Lady”, fue inspirada por Chris O’Dell, una ex empleada de Apple y asistente de personalidades de la talla de The Beatles, Derek & The Dominos, The Rolling Stones, Bob Dylan o Santana. La letra de “Miss O’Dell” proporciona una visión divertida de la escena musical de Los Ángeles, además de mencionar la crisis en el este de Pakistán, que llevaría a George a organizar el Concierto por Bangladesh en agosto de ese año 1971. A pesar de su popularidad, “Miss O’Dell” no estuvo disponible de manera oficial en un álbum durante más de treinta años, hasta su inclusión en la reedición en 2006 del álbum ‘Living in the Material World’, cuando se le dio una segunda oportunidad.
Si hay un caso de mezcla entre supergroupie, asistente, paño de lágrimas, confidente y amiga, ese es el de Chris O’Dell, una joven de Arizona que no se limitó a pasar por la cama de numerosas luminarias de la música, sino que trabajó codo con codo con ellos y fue admitida con todos los honores en la intimidad de la “realeza del rock”, en aquellos años dorados de finales de los sesenta y principios de los setenta.
Tras llegar a Londres desde Los Angeles en 1968 para trabajar en el cuartel general de Apple por invitación de su amigo Derek Taylor, Chris O’Dell comenzó una carrera que la hizo convertirse, según palabras del autor Philip Norman, en “la máxima autoridad” en los círculos de la música rock de aquella época. En pocos años, O’Dell fue testigo de primera mano de una serie de momentos clave para el rock and roll: participó en los coros en la canción “Hey Jude”; se encontraba en la azotea de Apple en enero de 1969 cuando Los Beatles tocaron en vivo por última vez; compró las armónicas para el esperado regreso de Bob Dylan en la Isla de Wight; el 10 de abril de 1970, el día en que Paul McCartney anunció que dejaba The Beatles, O’Dell se encontraba en Friar Park cuando George y John se reunieron para hablar sobre la noticia, “(…) estaba viviendo en Friar Park en ese momento. Recuerdo haberme despertado e ir a la vieja cocina y Pattie me contó lo de la entrevista de Paul diciendo que dejaba la banda. Todos los periódicos estaban esparcidos por la larga mesa de la cocina. Durante el día, John vino a visitar a George”, contaba en una red social la propia Chris O’Dell. Más tarde, a inicios la década de 1970, O’Dell entró a trabajar con The Rolling Stones durante las sesiones en Los Ángeles para el “Exile on Main St.” y su posterior gira por Estados Unidos; también trabajó en la gira de reunión de Crosby, Stills, Nash & Young en 1974 y en la Rolling Thunder Revue de Bob Dylan en 1975. Sin embargo, su corazón siempre pertenecería a los Beatles, llegando a definir el tiempo que trabajó para los Rolling Stones como “bajar un escalón”.
Del mismo modo, después de trabajar para Harrison y su esposa Pattie Boyd y vivir con ellos durante sus primeros meses en Friar Park, de marzo a junio de 1970, siempre vería la finca de Henley como un hogar espiritual, y a los Harrison como sus mejores amigos en el proceloso mundo de la industria musical. Así describe “la señorita O’Dell” en su libro cómo llegó a Friar Park: “Fue después de las dos de la madrugada cuando George y yo llegamos en coche al pueblo de Henley-on-Thames, que parecía pintoresco y encantador incluso en la oscuridad de la noche. Ya en las afueras, George giró a la derecha a través de una puerta de hierro forjado decorada con ornamentos y, a mi izquierda, rodeada de majestuosos árboles y setos esculpidos, apareció una casa de cuento de hadas, construída en ladrillo, con chimeneas, vidrieras y tejado a dos aguas. La casa estaba iluminada y estaba emocionada porque parecía que Pattie nos había esperado. ‘Es hermoso’, dije en voz baja, impresionada por el encanto antiguo del lugar. George me miró con una expresión extraña y luego se echó a reír. ‘Esa es solo la casa del guarda, dijo. ‘La casa principal está un poco más lejos’. Continuamos por un largo, estrecho y curvo sendero, dejando atrás otra casa, y cuando al llegar a una curva, la luna llena brilló sobre una enorme mansión gótica victoriana. Jadeé. Nunca había visto algo tan magnífico. La casa se levantaba majestuosamente en la oscura y fría noche inglesa. Las suaves y tenues luces reflejadas a través de las vidrieras y las altas torretas de la mansión arrojaban largas sombras sobre el césped. Sentí como si me hubieran transportado a otro tiempo, a la era de Jane Eyre y los fantasmas de Ferndean Manor y de Heathcliff y Catherine vagando por los páramos de ‘Cumbres Borrascosas’. Aquella mansión con aspecto de castillo era Friar Park, mi nuevo hogar”. Su amistad con Pattie superó numerosas tempestades, entre otras, los coqueteos de George con Chris, que fueron mucho más allá de componerle una canción. Sin embargo, O’Dell, por lealtad a su amiga, nunca tuvo nada con él. Miss O’Dell calificaba en una red social a George como “un hermano del alma”, afirmando que con el tiempo se ha dado cuenta de que George “es un símbolo de mi espiritualidad”. 
Sobre la alucinante vida de Chris O’Dell hay innumerables aspectos que añadir a lo que el diario británico Daily Mail definía como sus “impresionantes credenciales”. Además de lo ya mencionado, O’Dell fue la asistente de George en la preparación de las descomunales sesiones de su triple álbum “All Things Must Pass”, le ayudó a reclutar músicos para los conciertos a beneficio de Bangladesh, trabajó con él en su gira de 1974 por Norteamérica con Ravi Shankar, y estaba al tanto de los detalles que acabaron con el matrimonio de George y Pattie, así como con el de Maureen y Ringo, con quien O’Dell mantuvo una breve relación mientras su esposa tonteaba con George.
Volviendo a la canción, en su libro de memorias O’Dell explica que su creciente adicción a las drogas fue el motivo para no presentarse en casa de George en Los Angeles aquella noche, así como las pocas ganas que tenía de aguantar a los parásitos que pululaban alrededor de él. En la canción George explica a su vez que tampoco tenía ningún interés en los rollos de la escena musical de Los Angeles.
O’Dell finalmente condujo hasta la costa del Pacífico en Malibu, y lo encontró muy solo, tal y como dice la canción en el verso I'm the only one down here. Después de que el ex Beatle le asegurara “Voy a hacerte famosa”, interpretó para ella aquella nueva canción. O’Dell escribiría más tarde: “Escuché a George cantar muchas veces ‘Miss O’Dell’ en los años siguientes, pero nunca sonó tan bien como aquella noche con el romper de las olas y la brisa que entraba en la habitación...”.
Tras la finalización de la gira de los Rolling Stones en julio de 1972, una O’Dell “enganchada y agotada” visitó Friar Park y encontró a Harrison “feliz y entusiasmado” con lo que pronto sería la muy esperada continuación de su más que exitoso “All Things Must Pass”. Su buen humor se puso de manifiesto en la grabación de “Miss O’Dell”, acompañado en la sección rítmica por Klaus Voormann y Jim Keltner. Con escasa producción, armónicas y un machacón cencerro tocado por Keltner, la versión de lanzamiento de “Miss O’Dell” es notable por las ocasiones en que George estalla en carcajadas durante la canción. Una de las bromas que incluyó en la letra fue dejar un número de teléfono para que le llamara, que en realidad era el de la antigua casa de Paul McCartney en Liverpool. Una toma alternativa se puede encontrar en grabaciones piratas como “Living in the Alternate World” y “Pirate Songs”.
“Miss O’Dell” se lanzó como cara B del single “Give Me Love (Give Me Peace on Earth)”, de su disco “Living in the Material World”, el 7 de mayo de 1973 en Estados Unidos y el 25 de mayo en Gran Bretaña. Chip Madinger y Mark Easter, autores de “Eight Arms To Hold You”, una extensa investigación sobre las carreras en solitario de los Beatles, sugieren que se consideró incluir la canción también en el álbum con una toma de voz “sin risas”. La canción siempre ha tenido una buena acogida por parte de críticos y biógrafos. Simon Leng, autor del libro “While My Guitar Gently Weeps. The Music of George Harrison” la describe como una “canción alegre, Dylanesca”, una “breve postal musical” de un ex Beatle “desde su exilio de estrella del rock en Los Ángeles”, obviamente aburrido de lo que allí encuentra. Madinger y Easter no se muestran muy impresionados con el álbum “Living in the Material World”, pero para ellos “Miss O’Dell” es “una gran canción, llena del sentido del humor que le falta el resto del LP”.
En definitiva, una canción para nada menor, llena de desenfado en apariencia, pero con una letra crítica que refleja el momento complicado que estaba viviendo George en aquella época; una canción que esconde mucha historia, propia de aquellos días llenos del vino, las rosas y la locura en que estaban envueltos. Chris O’Dell lo definió a la perfección: “Era como tener las llaves de Disneyland”. 
*Fuentes:
- Wikipedia.
- ‘Miss O'Dell: My Hard Days and Long Nights with the Beatles, the Stones, Bob Dylan, Eric Clapton, and the Women They Loved’, de Chris O'Dell and Katherine Ketcham. 2009.
- ‘Un maravilloso presente’, Patty Boyd y Penny Junor. 2008.
- Blog Beatles Perú

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